
Una vez escuché que "lo único permanente es el cambio", y es la palanca para impulsar la reingeniería dentro de las empresas. Todo está sujeto cambios, para mejorar y progresar. Pero, hay que tener cuidado cuando estos "clichés propulsores del cambio" quieran entrar en el campo espiritual, lo cual, cuando invade el terreno del matrimonio se convierte en un elemento ideológico muy destructivo, y, lo voy a comentar en este post.