Una vez escuché que "lo único permanente es el cambio", y es la palanca para impulsar la reingeniería dentro de las empresas. Todo está sujeto cambios, para mejorar y progresar. Pero, hay que tener cuidado cuando estos "clichés propulsores del cambio" quieran entrar en el campo espiritual, lo cual, cuando invade el terreno del matrimonio se convierte en un elemento ideológico muy destructivo, y, lo voy a comentar en este post. Es cierto que toda empresa debe estar abierta, e incluso preparada para afrontar los cambios organizacionales de la nueva era. Incluso el deporte, el arte, la literatura y la ciencia misma, están en constante e indetenible evolución. Hay modernistas sociales que peligrosamente aplican esto a instituciones sociales, lo cual ha afectado negativamente a una institución como el matrimonio.
Si hay algo que debe quedar firmemente esclarecido es que el matrimonio tiene un fundamento inmutable el cual es Dios. Por tanto, todos los preceptos a regir la relación entre cónyuges, no tiene que ser objeto de "revisionismo" secular, porque la misma Biblia plantea las "reglas INMUTABLES a regir en el matrimonio cristiano", y la MONOGAMIA es fundamentalísima. Las reglas del matrimonio son "inmutables", porque inmutable es la voluntad de Dios, y el matrimonio allende a ser institución social, es una institución divina, de hecho, es la ejecución del propósito divino. De manera, que todo lo que atente contra su preservación, además de éticamente reprobable, es un pecado a los ojos de Dios, y el éxito del Diablo ha sido burlar esas reglas primigenias del matrimonio.
Pude escuchar un programa en TV (que me reservo el nombre), que entrevistó a una pareja con planteamientos "diabólicamente revolucionarios" acerca del matrimonio y el divorcio. Ellos utilizaron una "verdad mentirosa", y creo que quizás los confunda un poco. Es que ellos expresan la verdad de la defensa contra el divorcio, pero refuerzan su argumento en una mentira escandalosa y antibíblica, al impulsar el adulterio en una fórmula que ellos llaman "relaciones abiertas en el matrimonio". Por cierto es tal la fuerza de su prédica, que ellos se presentaron como "consultores matrimoniales", y dicen "haber salvado matrimonios con esa fórmula". Honestamente yo lo veo como el camuflaje para una "institucionalización del adulterio".
Las "Relaciones abiertas", como modelo de relación de pareja, consiste en el consentimiento de ambos miembros de la pareja, INCLUSO DE SUS HIJOS, a tener "novios" fuera del matrimonio, o sea, una tangente muy matemáticamente calculada para disculpar las RELACIONES ADÚLTERAS (fíjense en el detallazo que ya no se habla de amantes sino de novios fuera del matrimonio). Sucede que para esos "expertos consultores" un matrimonio en crisis, se rescata refrescando la pasión, lo cual se consigue con la mútua permisividad de "relaciones adúlteras", ¡INACEPTABLE DESFACHATEZ!. Esto no es conforme a la voluntad divina respecto al matrimonio, y recurro a mi condición de escritor blogger para dar mi opinión inconforme, firme en el verbo, y manifestar que la belleza del matrimonio radica en el goce de la relación monogámica que se esmera en la complacencia mútua de la pareja y de sus hijos, que en definitiva, es la conducta cónsona al modelo de vida cristiano que se nos enseña en la Biblia, y, "que no está sujeto ni a revisionismo ni mucho menos a mutaciones conceptuales" .
Estas ideas de las "relaciones abiertas" en un matrimonio representan además de una hábil burla del Diablo, son además una espada punzante contra la permanencia del matrimonio. Es además producto de la moderna obsesión por el sexo, que desplaza al amor conyugal a un segundo plano y lo sustituye por la preminencia de las relaciones sexuales como motor de un matrimonio feliz, ¡falaz planteamiento!. Hay que estar oídos abiertos respecto a esas ideas torcidas, y hacer contracorriente por todo medio posible, ya lo hice en mi Facebook, ahora hago lo propio en Blogger. Queda de parte de maestros de Escuela Dominical y predicadores, llámese sacerdotes (católicos) o reverendos (evangélicos), el tomar la batuta para ir firmemente contra esas ideas anticristianas, que es inocente pensar que no van a ser escuchadas por parejas cristianas, porque actualmente hay un número alarmante de divorcios, tanto católicos como de la iglesia protestante, y el adulterio encabeza la lista de causantes.
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