Como cristianos, tenemos la esperanza de que podemos confiar en nuestro Dios, por la simple pero determinante razón de su Amor tan grande, y lo más maravilloso se aprecia en cinco aspectos claves.
___Esta es la primera: La raíz primaria de todo amor es el Amor de Dios. La esencia de Dios es el Amor. Es su atributo más luminoso. Es lo que mueve el Universo. Es lo que le impregna belleza a todo, y es porque la belleza es amor, y el Creador del Universo, que es Amor, creó todo con inspiración de divina belleza, y es la razón que veamos con sublime inspiración la belleza de cosas inanimadas como montañas, estrellas, etc, dado que todas ellas proclaman la Grandeza del Amor de Dios. Este razonamiento es el que inspira a recibir cada día con esperanza, el saber que Dios te tiene preparado un bello día, pintado con bellos paisajes, bellas personas, bellos afectos, y por eso es que ves bello todo, porque ese sentir sublime de belleza es la expresión del vivir interno del Cristo amoroso en tu corazón. Esa vivencia crística es tan importante, que cuando el amor de Cristo es el que gobierna en el centro de tu vida, se alejan los temores, los odios, los miedos, porque la fuerza luminosa del amor aleja todas esas energías negativas, más claramente expresado significa que ninguna fuerza maligna, oscura o negativa puede subsistir donde alumbra la luz del amor de Dios, cuya fuente de energía es la Sangre preciosa de Jesús derramada en la cruz del calvario. En cada hermosa sonrisa que regalas al Universo, expresas el amor de Dios rebosante en tu corazón, por eso aquello de: "Sonríe, Dios te ama".
___El segundo es que "Dios ama Absolutamente a todos los hombres", sin dintingos de posición económica, edad, razas o credos. Cada ser humano puede sentirse confiado de que ocupa un lugar en el corazón de Dios, porque la naturaleza de Dios no sabe odiar, y, lo que Dios aborrece es el pecado del humano más no al humano.
Lo admirable del Amor de Dios es que nos ama a todos por igual. Ama al rico y al pobre, allí no hay conflictos de clase. Dios nos ama por la potencialidad que colocó en cada uno de nosotros, de manera que no tenemos que agregar nada para que nos ame, a excepción de lo relativo a nuestra decisión de aceptarlo como Salvador, pero esto tiene más que ver con la Redención que con la naturaleza de su amor intrínseco a nosotros. No olvides que Dios te amará hasta el último de tus suspiros, de manera, que no hay amor más fiel, más fuerte, más duradero, que el Amor

de Dios.
___El tercer aspecto, es que Dios "ama a cada uno de manera personal", de la manera como cada uno espera y requiere ser amado, es decir, entendiendo perfectamente nuestras necesidades y debilidades. Por eso en la introducción planteé la esperanza de confiar en alguien como nuestro Dios: que no nos desamparará, que no nos olvidará, que no nos dejará decepcionados, porque nos conoce perfectamente, y por tanto tiene perfecto conocimiento de cómo, cuánto y dónde dará satisfacción a nuestras necesidades. Su tiempo de actuar es perfecto, por cuanto su amor es perfecto, para darnos una perfecta felicidad espiritual.
___El cuarto aspecto es que Dios no se mide en su amor. Es que si tú fueras el único ser vivo de toda su creación universal, Dios no podría amarte ya más de lo que te ama, porque te ama con todo su Amor de Dios Compasivo, y eso significa: sin reservas, sin recelos, sin resentimientos por tus pecados, que por cierto fueron lavados por la Sangre de Cristo.

Piensa sólo por un breve momentito en esta maravilla espiritual: "Si pudieras verte a tí mismo, con los mismos ojos que Dios te mira a tí, ¡verías cuánto vales!", es que sólo puedo exclamar, ¡alabado sea Dios!, porque este concepto de valía humana lo siente Dios absolutamente hacia todos los humanos, que muchas veces están inmersos en graves pecados. La maginitud del Amor de Dios, la aprecias en la visión amororosa de cómo te ve a tí, y que lo demostró fehacientemente al enviar a su único hijo a morir por tí.
Esta reflexión la derivé de alguien que le decía algo semejante a un amigo, y lo apliqué al caso de nuestro Dios y me sirvió para valorarme a mí mismo por lo que para Dios yo represento. Es que Dios te ama mucho, por eso te bendice en todo. No te dejes arrastrar por la ferocidad de los problemas; sólo mira hacia tu interior, y verás a Dios, cuyos ojos sólo te miran con Amor Bondadoso. ¡Ámate como Dios te ama a tí!. ¡Mírate, como Dios te mira a tí!. Y fundamenta en esas perlas espirituales, la razón

de tu autoestima y razón de vivir, demostrándolo con tus más hermosas sonrisas, porque el corazón que está feliz en Cristo, lo demuestra con un rostro feliz y sonriente, eso sí, con sonrisas radiantes de felicidad, que son las sonrisas que se derivan del Amor Crístico que habita en tu corazón. La sonrisa además de expresión de salud, además de expresión de felicidad, son también expresión de tu vivencia con Cristo.
Nadie te conoce mejor que Dios. El te conoce mejor que nadie: tus esfuerzos, tus angustias, tus ilusiones, tus necesidades, entonces, así como dices que confías en alguien porque es quien mejor te conoce, aplícalo al amor de Dios hacia tí. Dios te mira con ojos de admiración, de amor, de respeto a tu albedrío, porque está orgulloso de tí, y porque eres su creación valiosa. No te rindas nunca, no importa lo que piensen los demás, sabiendo que tú sí puedes porque cuentas con Dios.
Es importante cuando alguien cree en tí, y más aún si ese alguien es Dios. Lo digo porque siempre miras tras de ti, temeroso, angustiado, preocupado, y no te das cuenta de que Dios esta frente a tí, cuidando y bendiciendo tu camino y cada paso que das. Esta realidad es producto de su amor por tí, que tienes que conocer y valorar para aprender a vivir más tranquilo y más confiado.
1 comentario:
Bendiciones les saludo desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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