PIENSA EN DIOS

Dios es maravilloso. Es lo màs importante de nuestra vida. Pero, muchos ni se acuerdan de Èl, y otros, lo hacen por motivos circunstanciales. En este post voy a entrar en el estudio de lo que es y lo que no es, pensar en Dios.

-Pensar en Dios, no es acordarse de Dios cuando se tiene problemas. De hecho, muchas personas han tomado la decisiòn de aceptar al Señor Jesucristo, cuando sus vidas estàn agobiadas y atormentadas. Creo que esa es una conducta semi-idòlatra porque la Biblia me habla de Jehovà Dios y no de "Dios Problema", al que acudimos a venerar cuando los problemas te abaten, incluso esa es la circuntancia cuando le prenden velitas (catòlicos) o cuando acuden al diàcono (evangèlicos).
-Pensar en Dios, no es acordarse de Dios cuando llega el domingo. Es el clàsico cristiano dominguero, y convierte a Dios en el Dios social, al que se le reduce por su poder de convocatoria semanal.
-Pensar en Dios, no es recordarse de Dios cuando te toca a la puerta un evangèlico o un testigo de Jehovà. En ese momento quieres mostrar cuànto sabes de Dios, pero omites que no tienes nada que exhibir sobre cuànto ejercitas de Dios. Son los que hablan maravillas acerca de la oraciòn, pero su fe en el poder de la oraciòn no supera a la fe de un pichòn de àguila cuando da sus inicios en el vuelo. Es que la falta de oraciòn en una persona que se profesa cristiano, es como la ausencia de dulce en la fruta que se cataloga como mango.
-Pensar en Dios, no es ver a Dios como al mago divino al que acudimos porque la chica que nos gusta no nos hace caso. O a aquel Dios que le vamos a retar a que haga un milagro, porque se nos averiò el vehìculo en un lugar remoto y oscuro, pero fuìmos incapaces de encomendarle nuestra salida.
-No està pensando en Dios, el cristiano(a) que no asume con responsabilidad su magno deber ante Dios de conservar a una familia, y acude al divorcio como salida a sus problemas familiares, porque esa soluciòn no es parte de la voluntad de Dios. Tampoco piensa en Dios quien tiene una posiciòn muy blanda respecto a la homosexualidad, la pornografìa, la infidelidad, que son todas aberraciones a la voluntad de Dios.
-Nada de lo expresado es pensar en Dios. Pero, todo lo expresado resume muchas de los comportamientos de quienes presumen que tienen a Dios en su corazòn, con lo cual atomizan a Dios a un minùsculo ìdolo para circunstancias adversas. Un Dios que ni siquiera se inculca a un niño, y sòlo se le habla al niño acerca de Dios, cuando està enfermo y Dios Mèdico, vendrà a curarlo, y de allì, hasta la siguiente consulta.
-Pensar en Dios es: una actitud consciente y racional, tambièn permanente, de tenerlo presente en todos nuestros asuntos y en todo momento.
Es una actitud aprendida, porque nadie nace con ese conocimiento y ese sentir. Deberìa ser inculcada desde la misma niñez, pero salvo algunas excepciones, no ocurre asì. Muchos llegan a conocer de Dios, de manera fortuita, y estos temas, son dedicados y orientados a personas que aùn no han descubierto al Dios maravilloso creador del Universo.
-Pensar en Dios, es ver a Dios en cada persona que necesita conocer del evangelio. Porque cuando tù sabes que algo es muy valioso, quieres que todo el mundo lo tenga, y eso es lo que pasa con el evangelio.
-Pensar en Dios, es ver en cada persona a un hijo de Dios, y no a un enemigo. Es valorar a las personas por su valor espiritual. Eso sòlo lo puede hacer y lograr quien piensa en Dios. Significa vernos como hermanos, que extendemos las manos para saludarnos y ayudarnos, y no los puños para golpearnos.
-Pensar en Dios es tener una actitud compasiva y solidaria con el pròjimo: porque pensar en Dios, es pensar en còmo actuarìa Jesùs en determinadas circuntancias.
-Pensar en Dios, es pensar en su pronto y venidero retorno; y, estar preparado.