
Cuando me pongo a valorar las cosas importantes
que he aprendido de mi formación académica y de la vida misma,
concluyo que lo más trascendente que he conocido
es mi concepto de Dios.
El sol, la familia, la salud, el trabajo,
las montañas, los árboles, los animales,
son parte de ese concepto,
porque forman parte de todo lo que Dios me ha dado,
por lo cual le estoy agradecido y le proclamo.
Mi concepto de Dios puede expresarse en
un poema, una reflexión, una predicación, un artículo,
un pensamiento, un sentimiento, un graffity,
pero en cualquiera expreso
lo significativo que es Dios para mí y el mundo.
No es el mejor, no es el único, pero es el mío,
cómo lo aprendí y cómo lo disfruto.
No es ni más espiritual ni menos espiritual,
pero es mi naturaleza espiritual para expresar
la obra y la grandeza de Dios.
Es mi forma de ver con amor a todo el mundo,
porque me enseña a valorar a todos como a hermanos espirituales.
Es mi forma de sentirme siempre feliz y amado,
porque sé que el amor de Dios por mí
es grande y eterno.
Es mi forma de sentirme seguro y confiado
de la provisión y protección, permanentes, de Dios.
No es estático, porque mientras más conozco a Dios,
más lo amo, a mi manera de sentir y pensar, y
más cambio mi concepto de El.
Es que mi concepto de Dios,
que me lleva a escribir y compartir este poema,
se fundamenta en el amor expresado
por Dios al dar la vida de su Hijo unigénito
en rescate de mi vida: ¡que mayor amor puede haber!.
AUTOR. ANGEL PAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario