Se ha desvirtuado el amor de Dios.

Todo aporte al amor, bien sea filosófico, poético, artístico, político, literario, tiene su génesis en el Amor de Dios. Es por eso que no puede haber expresiones sublimes de amor en la pornografía, porque se está usando al cuerpo como simple mercancía publicitaria, y el Amor de Dios excede a ese objetivo banal ya que contempla al cuerpo como el templo del Espíritu Santo lo cual significa

cuidarlo y amarlo. Indudablemente, tampoco hay amor en el acto de la violación, pese a que la mente enferma del violador cobija la idea de que si está practicando el amor, porque debemos verlo desde el punto de vista del criminal, para poder reflexionar sobre la razón que lo lleva a actuar así. La violación es un delito muy común, por lo que hay que asumir una actitud preventiva para no ser víctima desprevenida de tan aberrante momento. Muy semejante a este delito es el abuso sexual a menores, lo cual también es una ofensa al designio divino sobre el fundamento familiar; y, viene a relucir dicho tema, por su alarmente frecuencia, ya no sólo de parientes (tíos, abuelos, etc) y amigos, sino incluso de padres y padrastros, lo que hace ver una degeneración moral, que plantea que el problema requiere no sólo una solución judicial, sino más profunda aún, donde se revise el papel que actualmente desempeñan los educadores tanto de escuelas seculares como religiosas. Personas que son partícipes de pornografia, violaciones, abusos a menores, están desvirtuando la magnificencia del Amor Divino. Esta reflexión es pertinente, porque la raíz de esos problemas, y de muchos otros que escapan al hilo discursivo de este tema, se origina en la falta de una visión ajustada al plan de Dios para la raza humana, el cual en su maqueta máxima, va desde un Amor Redentor, que dice que el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario puede darte la salvación eterna con sólo tomar la decisión personal de aceptarlo y proclamarlo como Salvador personal, y que se extiende a un plan de vida diario donde El te provee de abundancia, prosperidad, felicidad y amor; ¡que maravilloso plan!, ¿verdad?. Ciertamente, éste no es el enfoque de una mente criminal o enferma, pero la labor no debe ser simplemente penalizar, sino que debe ir orientada a usar todos los mecanismos de educación e información (tv. radio, internet, prensa, etc) para regenerar al ser humano, porque en el Amor de Dios, todos tienen cabida y todos tienen los mismos derechos, y al olvidar esta verdad, se desvirtúa la Verdad Divina, principalmente por ignorancia y aún por causa de resentimientos. El Amor de Dios, es el inspirador de éstas breves líneas, para ir al fondo de tu intimidad, y sembrar la reflexión de que sólo Dios puede hacer plenamente feliz al hombre, y, no es un cliché ni es fantasía, es una realidad que es necesario rescatar para volver a reponer muchos valores éticos que se han perdido, y que por parecer de poca importancia, no es el mensaje de muchos textos de internet. La reflexión es ésta: hay que darle la oportunidad a Dios, de que transforme al ser humano, mediante el uso de un mecanismo tan potente como la internet, y de esa forma, en múltiples aportes de muchos escritores y navegadores, se podrá dar un paso gigantesco para tener una auténtica sociedad de valores.
autor: ANGEL PAZ
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